4. LOS DIAS DE LLUVIA.
Siempre me gustaron los días grises y lluviosos. Me siguen gustando. Los días pasados por agua me devuelven a la vida. El olor a tierra mojada, el sonido del agua en el techo del coche. Cuanto más arrecie, mejor. Claro que en plan sensiblero y no en forma de Dana. No soy tan gilipollas. ¿Vale? Que habrá quien ya me esté deseando que me lleve también la corriente.
Me gustaba ir a las fueras de la ciudad en mi Ibiza Disco. Pasarme horas con el asiento retrepado mientras la lluvia golpeaba la carrocería. Con la música suave. Fumar varios pitillos y sentir que nada más importaba más allá de esos instantes. Joder yo era feliz así. Mucho. Volvía a casa o con colegas que había quedado, mi ánimo era otro. Era como haber renacido de aquella burbuja de relax, vaho y humo.
Y sí, cualquiera se atreve ahora a decir que le gustan los días recios de tormentas, tal como está el patio. Ya... pero es mi verdad. Me siguen gustando. Soy de inviernos.
Y me pregunto cuando cojones me transformé en esta mujer histérica que ya no sabe hacer esas cosas. Sigo siendo la misma persona. Pienso de igual modo. Por qué demonios soy incapaz, ahora, de encontrar el equilibrio en aquellas pequeñas cosas que siempre he tenido a mí alcance. Sé cómo llegar a ese estado. No es difícil cuando lo has logrado antes.
Una meteorología apropiada, algo de buena música, un poco de soledad... joder tampoco pido tanto. Ahora ya no fumo. Soy más sana y menos satisfecha, me gustaba fumar. Ahora busco esos momentos de relax, he cambiado el tabaco por unos tragos de ron miel. Sigo siendo un poco canalla, lo admito, nunca he sido de drogas duras, pero me gusta el puntito canalla del ron.
Y aunque soy de risa fácil, ya no río como lo hacía. Tampoco lloro. ¿Ves? Eso me preocupa más. Desde el suicidio de mi primo no he vuelto a llorar. Me preocupa cuando pienso en ello, porque me río y lloro a partes iguales en lo que a ser emocional compete. Ahora solo se me escapan las lágrimas si me emociono con el sufrimiento ajeno Estos días siguiendo las noticias de Valencia me pasa a menudo, el dolor y la impotencia, me rompe por los lagrimales,me supera por dentro..
El mundo y nuestras sociedades siguen siendo un lugar inseguro para los más vulnerables. Y lo peor es que cada vez son menos los fuertes que toman el relevo en la lucha. Hay una generación de personas fuertes que han llegado a su etapa final, las generaciones nuevas son menos comprometidos con lo que realmente importa. Tanta información a todas horas los están volviendo seres extraños. Siento compasión de los viejos que seremos y de los niños que llegarán. De los adultos de mañana desterrados y perdidos en una realidad peor que la actual.
Esta mañana llovía. Me fui hasta el coche, entré y me quedé allí dentro en silencio. Sintiendo las gotas de lluvia golpear el techo. Tuve la sensación de que el tiempo no había pasado. Pero solo era eso, una extraña sensación mezcla del recuerdo y el anhelo, la nostalgia mezclada con la esperanza, juntas haciendo malabares con mis estados.
¿Por qué no se puede decir que a uno le gustan las tormentas? A mi siempre me gustaron, y la lluvia tiene algo de hipnótico, aunque también te diré que por estos lares cuando llevas días, y días, y más días lloviendo acabas con complejo Nemo o Dori
ResponderEliminarEso sí, me encanta la lluvia de primavera y la de otoño, no puedo ni con el invierno, ni con el verano.
Ver llover siempre trae consigo un algo nostálgico, hasta romántico.
La lluvia interna es bueno dejarla salir y no concibo la vida sin risas, sin llanto y sin lluvia.
Ahora lloro más que antes, será por las hormonas que las tengo todas revueltas.
Dedicarse un tiempo a uno mismo es muy saludable y necesario, más aún cuando el tiempo de uno está en su mayor parte dedicado a los demás.
Besos, guapa
Ay las hormonas rubia, cómo nos tienen las hijas de puta. Esto de llegar a la menopausia es una putada de las buenas. A mí después de más de veinte años me acaba de empezar a funcionar el tiroides a mil. El muy cabrón no podía hacerlo hacerlo a un ritmo normal, no. Ha pasado de un hipotiroidismo severo a un super hipertiroidismo. Un extra de la premenopausica en la que me he convertido.... Manda huevos 🤦🏼♀️😁😁
EliminarSi, las hormonas y la lluvia nos ponen tontorronas, a mí por lo menos me ponen.
Es algo que tenemos las duras... Bajo la corteza tenemos el corazoncito 😉😋
Beso!!
Yo sigo con mi hipotiroidismo desde hace años y ahora ya que no me lo cambien jajaja
EliminarA ti te ha pasado al revés que a mi tia, ella empezó con hiper y ha acabado con hipotiroidismo.
La menopausia es lo que tiene, te deja las hormonas todas revueltas jajajajaja
No sé de dónde se saca la gente eso de que las personas fuertes no tenemos corazón o de que no lloramos, porque no es así, nada que ver, ser fuerte es otra cosa distinta.
Y llorar requiere una buena dosis de valentía y fortaleza y de eso nos sobra ;)
Es el mejor
ResponderEliminartiempo para
beber alcohol
.... y lo que surja
😉 .
Castañas asadas Orlando. Me encanta pasear bajo la lluvia con el paraguas abierto. Haciendo malabares bajo él para pelar las castañas, no quemarme... y no tirar ni las castañas, ni el paraguas... jejeje.
EliminarEse olor a tierra mojada, esa humedad en el ambiente, como decía o dice una canción de Jose Luis Perales "los días grises del otoño me ponen tristes" pero en realidad me gustan esos días, el agua es vida y esos días son parte de nuestra vida de nuestro existir.
ResponderEliminarFeliz semana.
Saludos Cordiales.
Así es José Antonio. Son parte de nuestro existir, aunque cada vez llueve de peor manera. Será que se acentúa en nuestra existencia ese popular dicho de que "nunca llueve a gustos de todos". Yo me quedo en el lado de los que todavía disfrutamos más de los días de lluvia que de los de sol. Cuando pintaba, me encantaba en los días de lluvia montar el caballete frente a una ventana medio abierta y fusionar ambos placeres.
EliminarFeliz semana. Abrazo!
las tormentas siempre me traen a la mente la portada del disco 'love over gold' de dire straits.
ResponderEliminaryo tengo asociado a bonitos recuerdos el granizo, nada menos. una vez me cayó una granizada en julio, mientras grababa un vídeo de un parque, con bermudas y chanclas. fue hasta divertido. luego está el tema de los números-granizo en matemáticas.
hoy día, se ha sustituido la fortaleza por una especie de chulería vacía. me vienen a la mente algunos anuncios de esos que te salen al principio de los vídeos de youtube.
a mí también me pasa lo de no poder llorar aunque quiera. tengo un bloqueo lacrimal desde hace muchos años...
me encanta tu punto canalla, ya lo sabes. ;) sin él, no serías tú.
besotes!!
1982. Naranjito con el mundial de fútbol y aquella portada tan púrpura en la colección de discos de mi primo Paco, entre los que también estaban las del Boss. Yo era pequeña, pero me colaba en aquella buhardilla de chicos con ellos. Para escuchar música, ser la niña a la que enrabietaban, y hacerles chantaje para no chivarme de las gamberradas que hacían, jejeje... mi silencio por chuches.
EliminarSí, menudo video, jajaja... No dejes de gravarlos, siempre aprendo cosas nuevas en ellos. De chulos y cabezas huecas están infectadas las calles. Yo que soy algo prepotente debo ir con cuidado porque hay una gran diferencia entre lo chulesco de un valentón con honor y la chulería con despropósito.
A mi me está pasando algo raro desde hace unos meses, coincidiendo con lo de mi primo, que no derramé ni una lagrima. Desde entonces, cuando se supone que es mi momento de desbordar, se me escapan algunas lagrimas por los rabillos, solo eso. Por los rabillos, me arden los ojos y se escapan por el lado contrario. Luego me aprieto hacia dentro el sentimiento y nada. Ni un llanterio más de los míos.
Mi punto canalla está siempre, soy de esas malas, buenas. Y me gusta que no te cree contradicción, porque te considero un tío muy inteligente y me gusta tenerte entre mis amigos.
Besos!!
Petricor, ese es el olor de la lluvia al caer en un suelo seco que la espera con avidez ;) Las lluvias siempre fueron la esperanza del cambio, de la renovación. Ahora se han convertido en una amenaza para nuestras vidas... y así con tantas cosas, que cambian para peor. Es complicado seguir siendo una misma, tener las mismas ganas de pelear.. hay dias que, simplemente, no se puede contra el mundo.... pero, lo dice tu cabecera, eres experta en la resitencia ;)
ResponderEliminarEstamos dejando un mundo horroroso a las siguientes generaciones.
ResponderEliminarCulpa nuestra... hemos sucumbido.
Internet y la globalización también tienen la culpa.
Ahora la gente es incapaz de leer artículos largos y textos un poco farragosos.
El mundo de ahora son textos cortos, falsos y eso sí, mucho emoticones.
Mentes infantiles en cuerpos de hasta cuarenta o cincuenta años.
Qué se puede esperar?
Nada bueno.
A mí también me gusta la lluvia, y más la torrencial, hace un par de meses me pilló el mayor diluvio que recuerdo yendo en bicicleta y con mi inteligencia habitual en vez de refugiarme seguí pedaleando cuando hasta los coches dejaron de circular... eso sí, la sensación fue magnífica.
Como ves, otro cerebro agrietándose...
Besos.
Siempre pensé que la lluvia tenía como cometido limpiar el ambiente, resetear el día, perfumar el aire. Ese aroma que se percibe tras unas horas de agua...resucita a las almas perdidas, renegadas, a las que la vida desprestigia por su razones inconcluyentes. Una tarde de lluvia me incita a coger una novela y encarcelarme en cualquier historia, por absurda que sea. Una día de tormenta, con sus truenos y relámpagos, purifica mis miedos más sencillos, golpea mi sensatez y siento el abandono de la realidad para inmiscuirme en cualquier distopía que mi mente sea capaz de crear en esos momentos. Y luego, cuando todo queda en calma, cuando sacas la cabeza por la ventana e inhalas ese aire puro, limpio, diferente, es cuando realmente me siento viva. Aspiro con tantas ansias, que incluso, con la tontería, me imagino que absorbo el paisaje que disfrutan mis ojos, como si borrase un lienzo acabado de pintar, y queda todo en blanco, o en negro, según el día, pero lo hago mío, me pertenece, lo he convertido en parte de mi.
ResponderEliminarTambién me gusta el mar, el sonido de las olas, el olor a sal, las gaviotas cantando o gritando, aunque prefiero pensar que cantan, y si por desgracia, sufriese un tsunami...me seguiría gustando el mar. Las desgracias que nos manda la tierra son simples venganzas por lo que le estamos haciendo, que nos creemos que somos dueños del planeta, que todo es nuestro, cuando en realidad, somos unos invitados más, como cualquier otro ser vivo, la diferencia, es que los demás saben como vivir en la tierra, respetándola, aceptando sus normas, y nuestra raza, no. Nuestra raza se apropia de todo, del sol, del agua, y sigue pensando que somos los dueños, que nada nos lo arrebatará. ¡Cuánto se equivoca la humanidad!
A mi, como a ti, me siguen gustando las tormentas, y me seguirá gustando el mar, es algo irremediable, y si tuviese remedio...tampoco lo querría, me quedo con la sensación que me provoca la lluvia y el olor a sal.
Y si las lágrimas ya no salen, es porque has aprendido otra forma de soportar el dolor, quizá aún no lo veas con claridad, no sepas definirlo con exactitud, es lógico, a veces se necesita tiempo para aclarar los nuevos sentimientos, para aceptarlos, y para sobrellevarlos. En mi caso, ha sido al contrario, antes, nunca lloraba, sentía mucho dolor pero era incapaz de materializarlo hacia fuera, todo quedaba guardado entre mis letras, o en lo más escondido de mis entrañas. Y sin embargo, ahora, sin saber por qué, mis ojos se inundan sin control, da igual estar sola o acompañada, el sentimiento del llanto aparece sin consultarme y me deja vulnerable. Me enrabia, me enfurece, porque después de tantos años intentando controlar mis emociones, de repente, resulta que no tengo control de nada. Así que decidí dejarme llevar, si mis ojos deciden llorar...que lloren, que más da, si el dolor siempre estará ahí, en el corazoncito, con lágrimas o sin ellas, el dolor...se incrusta.
Un placer leerte.
Saludos.